Oscar Müller Creel

  • Oscar Müller Creel
    Oscar Müller es Doctor en Derecho y tiene el grado de Maestro en Administración de Justicia y candidato a maestro en periodismo. Es originario de la ciudad de Chihuahua, México. Es colaborador en Radio Claret América de  Chicago Illinois, en temas de Derechos Humanos y Administración de Justicia y sus columnas de opinión se han publicado en el periódico Hoy del grupo Tribune Publishing Company de Chicago Illinois EUA, la cadena noticiosa Hispanic Digital Network de CISION, así como en el Heraldo de Chihuahua del grupo Organización Editorial Mexicana. Ha escrito libros sobre Derechos Humanos y Ética del Abogado, así como artículos científicos en Universidades de México, Colombia y España. Correo: [email protected]
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Hágase el comunismo… y los lujos de MORENA

Por Oscar Müller Creel   ¿El individuo sobre el Estado o el Estado sobre el individuo? Recuerdo, hace ya muchas décadas, la clase de Garantías que nos impartía el inolvidable jurista Don Jorge Mazpúlez Pérez., cuando en el pizarrón hacia dibujos que nos iban ilustrando las ideas que expresaba y nos definía los límites que tenía el poder publico frente a las personas, como los derivados de una relación de supra a subordinación, lo que veíamos como algo natural, pues nuestra formación ponía a la organización política sobre el individuo. Por los tiempos en que las garantías de las personas se definían de esa manera, nuestro país iniciaba su adhesión al tratado de Derechos Civiles y Políticos de la Organización de las Naciones Unidas, cuya aplicación en México iniciaría casi dos décadas después y con esto brotaría una transformación en el pensamiento jurídico en donde ya no se hablaría de Garantías Individuales, sino de Derechos Humanos, un cambio sustancial, pues ahora el individuo está sobre el Estado. Son los vaivenes del pensamiento político que se dan en la evolución social, en donde se toma en consideración que el origen de la organización de los seres humanos en una sociedad, brota de un sacrificio a la libertad: se razona que el ser humano surge en la naturaleza con plena libertad, pero que, debido a que tiene que convivir con los demás para poder subsistir, sacrifica parte de esa libertad en beneficio común y la muestra más alta de esa organización, es el Estado, que detenta el poder de gobernar a los individuos. El Estado se representa por quienes ejercen ese poder a través de aquellas personas que se dedican a la política y que suelen unirse conforme a su pensamiento sobre su concepción de cómo debe ser la sociedad en diversos grupos, que son conocidos como partidos políticos. Cuando se considera que en ese entramado de relaciones entre los individuos comunes y quienes tienen el poder político son los intereses de estos últimos los que deben prevalecer, se habla, en la actualidad, de izquierda, socialismo o comunismo, entre otras formas de referirse a esta ideología. No siempre ha sido así, en las monarquías se estimaba que el rey estaba sobre los súbditos, por lo que nada nuevo brota sobre la superficie de este maltratado planeta. Tan fue así que el monarca francés Luis XIV llegó a decir, con cierto nivel de certeza, El Estado soy yo. En la actualidad son pocas las monarquías existentes en el mundo y el Rey ha dejado de ser una figura que detenta el poder absoluto de gobernar y sus facultades se encuentran acotadas por las constituciones, que han sido elaboradas con el consenso de la población, pues al considerase que la organización política surge de la sociedad es está quien tiene el derecho a decidir cual será su forma de gobierno, a través de los procesos democráticos, que, cuando funcionan, tiene la virtud de limitar a los políticos. La otra forma de pensamiento es aquella que considera que el individuo tiene prevalencia sobre el Estado y esta ideología es la que ha permitido poner cotos al poder de los políticos, a través de instituciones, leyes y lo que se ha denominado el Cuarto Poder que son los medios de comunicación masivos, Todas estas son herramientas que tiene la sociedad para hacer crítica del actuar político y limitarlo; en la actualidad a esta forma de pensamiento se le conoce comúnmente como liberalismo. Para nadie es un secreto que los políticos que ahora controlan el poder en México tienen una ideología socialista, por decir lo menos, y que han puesto a los intereses del Estado (¿o será los de ellos?) sobre el resto de la sociedad, desmantelando las instituciones y límites al poder estatal que se crearon en el país durante 40 años de lucha por lograr la democracia, desplazando a un sistema que ejercía el poder a través de lo que se conoce como dictadura de partido que detentaba el Revolucionario Institucional (PRI). Gracias a lo poco que queda de nuestra democracia y que se refleja en los medios de comunicación, nos hemos enterado de los excesos de los políticos que ahora detentan el poder: viajes de lujos, ropa, joyas, relojes, automóviles, escuelas y universidades de lo mejor para sus vástagos y fiestas que menos del 5% de los mexicanos pudieran costearse. Cuando se les reclama sobre el hecho que desde las cúpulas del poder político se proclama la austeridad y ellos se dedican a la buena vida, responden que son “LIBRES de hacer lo que quieran con su dinero”. Curioso que estos señores arguyan airados que pueden gozar de los frutos del capitalismo, lo que es propio del liberalismo, cuando se pasan la vida criticando esta forma de pensamiento. En fin, como dice el cuento popular “… Hágase el comunismo en los burros de mi compadre”